En cada proyecto de construcción e ingeniería civil que implica trabajos de derribos y excavaciones en Madrid, surgen desafíos únicos, muchos de los cuales están vinculados al tipo de suelo presente en la zona de intervención.
Tipos de suelos que se pueden encontrar durante una excavación
Cada tipo de suelo presenta sus propios desafíos y consideraciones únicas para la excavación:
- Suelo arcilloso. El suelo arcilloso es conocido por su alta plasticidad y capacidad de retención de agua. Esto lo hace propenso a la expansión y contracción, lo que puede afectar la estabilidad de las paredes excavadas.
- Suelo arenoso. El suelo arenoso está compuesto principalmente por partículas de arena, lo que lo hace relativamente fácil de excavar. Sin embargo, puede ser propenso a derrumbes si no se toman las precauciones adecuadas.
- Suelo limoso. El suelo limoso es una mezcla de arcilla, arena y materia orgánica. Tiene propiedades variables y puede ser relativamente fácil de excavar, pero puede necesitar drenaje adicional para prevenir la saturación y el colapso.
- Suelo rocoso. El suelo rocoso está compuesto principalmente por rocas y piedras, lo que lo hace difícil de excavar con equipo estándar. En estos casos, se pueden utilizar explosivos o equipo especializado, como martillos hidráulicos, para romper y extraer la roca.
- Suelo gravoso. El suelo gravoso está compuesto principalmente por grava y partículas de tamaño variable. Puede ser difícil de excavar debido a la presencia de grandes rocas y escombros.