La relación entre los áridos y el hormigón

Un buen suministro de áridos es fundamental para la fabricación de hormigón. No en vano, este material de construcción se crea a partir de cuatro ingredientes básicos: cemento, agua, aditivos y áridos, siendo precisamente este último el componente principal, ya que ocupa de un 60% a un 80% del volumen del hormigón.

El material de construcción por excelencia

El hormigón es en la actualidad el material de construcción por excelencia. Cuanta más pequeña sea la grava, uno de los áridos que se emplea, más fino será el hormigón, ideal para suelos de hormigón pulido. Si empleamos un árido más grande para su elaboración, el hormigón será más grueso, lo que resultará perfecto para cimentaciones y pilares.

Para fabricar hormigón básico, solo será necesario hacer una masa de cemento y añadirle grava. Su consistencia o su fluidez dependerán del contenido de agua que lleve la mezcla, mientras que la plasticidad del hormigón irá en función del contenido de áridos finos de diámetro inferior a 0,1 milímetros.

Hay dos tipos de grava fundamentales para la fabricación de hormigón: el planché, en el que se mezcla grava lavada con arena, y el revuelto, que se obtiene de mezclar grava o gravilla con arena.

La arena es otro tipo de árido que se emplea para la fabricación de hormigón, hasta el punto de ser otro de sus componentes esenciales.

Es por esta razón que es muy importante contar con un suministro de áridos que pueda brindar los materiales adecuados para la elaboración del hormigón más adecuado.